La vida nos deja con tantas otras cosas que no sabemos donde guardar y no nos queda más remedio que acomodarlas como se pueda y remeterlas entre las costillas, como si nuestra caja torácica fuera un baúl enmohecido.
La vida nos deja con tantas otras cosas que no sabemos donde guardar y no nos queda más remedio que acomodarlas como se pueda y remeterlas entre las costillas, como si nuestra caja torácica fuera un baúl enmohecido.