Muñeca de porcelana
Cuando era niña la gente mayor solía decir que parecía yo una muñeca de porcelana, con mis ojos granes y almenda, y mis cabellos rizados con reflejos de sol, mi pequeña y rosa boca, mis mejillas rojas. Y entonces lo creí, convirtiendome en el adorno perfecto de vitrina, en un artefacto de aparador, en una cosa para presumir y mostrar.
1 comment:
mmm... Se me ocurre que lo mejor que puedo decir en este momento es que ojalá termines pronto (y bien) eso que te hace desvelarte... Tu me entiendes (a veces... creo)
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