Monday, November 22, 2010

Montar un delfín

Sé que estas dormido, así que sigilosamente empujo la puerta de tu habitación entreabierta. Estas boca arriba, así que simplemente te beso en los labios para despertarte. Mueves la cabeza y te apresiono con el peso de mi cuerpo; sentándome a horcajadas sobre ti. Sonríes y trazo una línea con mi lengua desde tu ombligo hasta tus labios, buscando tu boca cual serpiente regresando a su cueva. Intento bajar tus pantalones, me ayudas. Me acomodo, dejando caer muy lentamente el peso de mi cuerpo sobre ti, abriendo mis labios hasta que estas completamente dentro. Me tomas las caderas. Comienzo suavemente a bambolearme como una botella en altamar, me miras fijamente con los labios entre abiertos, suspirando. Me despojo de la única prenda que me cubre el torso, dejando que mis senos se muevan conmigo. Alzo lo brazos, mientras el movimiento de mis caderas toma fuerza. Miras el tatuaje de rosas inglesas que termina justo debajo de mi seno izquierdo, lo tocas al mismo tiempo que aprietas el pezón. Estas seguro que antes yo no tenía tatuajes...antes de ti yo no tenía muchas cosas. Tu también mueves tus caderas, es hasta entonces que ciero los ojos y me siento montar sobre el lomo de un delfín que corta las crestas de las olas. Todo esta húmedo, nuestros cuerpos, las sábanas, mis labios, mis pensamientos... de repente un rayo de luz, cegador como un flash llena la habitación... el limbo, silencio, escucho el rumor muy lejos del desgajo mi propia garganta.

Tuesday, November 02, 2010

cosas de dinero (o de libros)

El dinero siempre tiene diferentes percepciones y no hablo de mucho dinero ni de centavos, da igual, sólo es dinero...

Ejemplo:
Gastar $661 pesos m.n. en libros, lo vale (si son más de 3). Para un sólo ejemplar me parece mucho.
Gastar $661 pesos m.n. en una bolsa ¡ni pensarlo! es sólo una bolsa.
Gastar $661 pesos m.n en unos zapatos, me parecería costoso (siempre y cuando no se trate de tennis, los tennis son un bien preciado siempre.

Por eso los libros siempre son algo que me gusta comprar y ahora m esperan 4 ejemplares nuevos con su envoltura de celofán que aguardan pacientemente en el librero a tomar su turno, sólo por que no me pase como el dicho áquel "había un señor tan pobre, que lo único que tenía era dinero"...