Wednesday, November 15, 2006

Un día recibí una llamada de alguien a quien quiero mucho, con quien he crecido, a quien soy indivisible me llamaba desde el otro lado del mundo embargada en lágrimas para decirme que su amor había terminado y que la pena la acogía. En ese momento no pude decir nada, ni hacer nada si hubiera estado frente a mi, la hubera abrazado y dejado que empapara con sus lágrimas mis hombros mara reconfortarla.

Tiempo después un amigo llegó a mi y confesó el dolor que había sentido al haber alejado a la mujer que ama de su lado, tenía tiempo que eso había pasado además de otros problemas y demás. Estaba frente a mi, en un cafe de paredes amarillas y en ambas ocaciones desee tener una cura contra el dolor, y sucede cada vez que alguno de mis amigis esta triste pero no tengo ninguna y esto se me ocurrió....

Cuando la pena te embriaga yo quisiera,
si yo supiera quisiera...
Quisiera poder volar como las hadas
y llegar hasta ti.
Quisiera secar con mi cabello tus lágrimas
Quisiera cerrar con mis manos tus heridas,
empaparme el pecho con tu sangre,
llevar tu dolor bajo las uñas,
amarrarme en las muñecas tus lamentos
y si debiera arrancarme el corazón para sanar el tuyo
no vacilaría.

Pero no poseo más remedio contra la pena
que el beso de mis labios y el color de mis ojos.

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