Tuesday, January 25, 2011

Nos vemos en la terraza de un café, llego tarde. Al verme acercándome apurada a la mesa con portafolio en mano y zapatos altos, te levantas rápidamente, me das un beso en la mejilla y atento ayudas a quitarme la gabardina y acomodarme la silla.

Tiene tiempo que no nos reunimos, adoro esas charlas de café, que terminan en cena, que terminan en copas, que terminan en tu cama o en la mía. Hablas de ti, tus amigos, tu trabajo, tus novias. Te cuento de mis proyectos, mis clases y mis sobrinos.


Despierto en tu cama vacía, has salido temprano, para no verme partir. Veo mi saco mal puesto en la silla, salgo de la cama y me cubro con tu camisa sucia, al salir de la habitación tropiezo con la falda de mi traje sastre.


En la cocina, media taza de café negro aún humeante me dice que te fuiste hace no mucho, lo tomo entre las manos para sentir su calor y lo acerco para olerlo; para olerte a ti en él. Un chillido electrónico me recuerda que mi día debe comenzar, tiro el café sin probarlo, convencida de que la próxima vez, no te marcharás temprano, yo me quedaré para siempre.

1 comment:

Necio Hutopo said...

Aja... Sí...